A todo el mundo le parecía una locura la separación de bienes. Porque la rica era ella. Si él decidiera largarse con una mujer más bella –o ella con un hombre mejor- no podría desplumarle. ¿Es que a nadie se le ha ocurrido que, la aún señorita López, merece proteger el patrimonio que tanto esfuerzo le ha costado? Y cuando firmaron, ella pensó en qué pensaría de ella Clara Campoamor y sonrió.
mitocondria suspicaz
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