Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

jueves, 27 de febrero de 2014

La viuda blanca


Ya no canto mientras cocino, ni cuando tiendo la ropa; no recuerdo la última vez que lo hice, supongo que cuando tenía esperanzas.

Anoche soñé que volvías: tomabas mi cintura y permanecías con la cabeza en mi hombro, quieto, como un rizón que finalmente encontró su lugar. Así te imaginaba, un ancla enterrada en la arena que era nuestra casa. Por eso te marchaste, porque no eras ancla; eras ola, gaviota, lluvia y tempestad, eras libre. No pude detenerte y por eso estoy sola, meciendo la cuna del niño que no conocerá a su padre.

La viuda de un vivo, o un muerto, ¿qué sabré yo? Yo, que ya no canto mientras cocino, porque ya no sueño con que vuelvas.

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